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La bomba de ETA que asesinó a un niño de dos años y a un técnico de RTVE en Francisco de Sales

Imagen de los daños que provocó la bomba de ETA en la Dirección General de la Guardia Civil

Diego Casado

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Martes 22 de noviembre de 1988, rozando la medianoche. Por la calle San Francisco de Sales, sin apenas tráfico, pasa el coche de Mercedes Villalonga, una enfermera que acaba de salir del trabajo en la Clínica de la Luz y se dirige a su casa de Las Rozas junto a su marido y su hijo de dos años, Luis Delgado. Cuando atraviesa el cruce con Ibáñez de Íbero, a las 23.57, estalla una bomba que ETA había colocado en una coche. Ella entra en coma por la explosión y no recuerda nada más.

Cuando despierta, le comunican que su hijo ha fallecido horas después del atentado, víctima de las heridas provocadas por la onda expansiva. Su marido, que también se llama Luis, se encuentra herido pero fuera de peligro. El matrimonio, que espera otro hijo para el año siguiente -Mercedes está embarazada de cuatro meses- sufre importantes heridas por la bomba. Son tan graves que les impiden abandonar el hospital para acudir al entierro de su hijo y a Mercedes, con secuelas de la metralla que le golpeó la cabeza, no podrá volver a trabajar.

El pequeño Luis Delgado no fue la única víctima mortal del atentado. La onda expansiva alcanzó de lleno a otro conductor que volvía hacia su casa, Jaime Bilbao, un técnico de Radiotelevisión Española que se dirigía por esa calle hacia el barrio de Argüelles. Falleció en el acto.

Una placa para recordar a las víctimas

El Ayuntamiento de Madrid, en colaboración con el resto de grupos políticos municipales, acordó recordar a estas dos víctimas de la banda terrorista con la colocación de una placa en el lugar del atentado, que se ha descubierto este lunes. La distinción sirve también como homenaje a las decenas de guardias civiles (46) y transeúntes (42) heridos en un ataque que conmocionó a todo el barrio.

El atentado de ETA tuvo lugar poco después de la liberación del empresario Emiliano Revilla. La dirección de la banda, que entonces llevaba Francisco Múgica Garmendia, encargó el ataque con el objetivo de forzar la negociación con el Gobierno, que se había iniciada principios de ese año en Argel. El objetivo de la bomba colocada en San Francisco de Sales era la Dirección General de la Guardia Civil, cuya entrada principal se encontraba en la esquina donde fue colocado el vehículo.

El diálogo con la banda se reanudó en enero, también en Argel pero solo duró hasta abril, cuando los terroristas volvieron a perpetrar un atentado. Poco antes el Gobierno había dado por rotas las negociaciones.

Los autores del atentado en el barrio de Vallehermoso fueron Henri Parot, Rodríguez Cordero y José Javier Zabala. Todos fueron detenidos varios años después y condenados condenado a 1.170 años de prisión por dos delitos de asesinato consumado, cuarenta y ocho de asesinatos frustrados, lesiones graves, falsificación de documentos oficiales y otros delitos menores. Actualmente siguen en la cárcel.

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