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Carlos Hernández, el policía municipal asesinado por intentar frenar un atraco en Fernando el Católico

Recuerdo de Carlos Hernández elaborado por sus compañeros de la Policía Municipal, en una imagen sobre el lugar del suceso

Diego Casado

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La tarde del miércoles 10 de junio de 1981 la recordarán muchos de los que vivían entonces en la calle Fernando el Católico. A la altura de su número 56, que albergaba una oficina de recaudación municipal, dos atracadores irrumpieron en el local, recién bajados de un coche robado, con la intención de llevarse un buen botín. Bajo amenazas, consiguieron reunir 300.000 pesetas e intentaron emprender la huída, no sin antes dejar herida a una mujer que estaba efectuando un pago.

Un policía municipal de servicio intentó frenarles. Era Carlos Hernández Díaz, un agente madrileño de 47 años que estaba destinado en la agrupación del distrito de Chamberí y que ese día le tocaba prestar servicio en esta oficina impositiva. No pudo pararles: los atracadores le dispararon y falleció a consecuencia de las heridas que le provocaron. Carlos estaba casado y tenía dos hijos.

Los asesinos fueron dos hermanos, Ángel y Carlos Pisonero Alonso, quienes habían pertenecido a la banda terrorista GRAPO pero que en el momento del robo ya habían sido expulsados de este grupo. Desde 1980, fecha en la que fueron dados de baja en la organización, se dedicaban a perpetrar atracos para beneficio propio. En noviembre se habían hecho con 700.000 pesetas de otra oficina de impuestos en la calle Lérida, también en la capital.

A Carlos Hernández, a quien el Ayuntamiento de Madrid ha colocado este viernes una placa de homenaje en su honor en el lugar del atraco, le fueron impuestas a título póstumo la medalla de plata de Madrid por el entonces alcalde, Tierno Galván, y otra medalla de plata al Mérito Policial por el gobernador civil, Mariano Nicolás.

En cuanto a los atracadores, Ángel Pisonero, alias El Moro, murió seis meses después del atraco: recibió varios disparos de la policía durante su detención, en el mes de diciembre de ese 1981. Falleció en el hospital, cuatro días después de ser apresado. Y fue enterrado en el cementerio de Carabanchel, donde había recibido sepultura meses antes la víctima mortal de su atraco. Su hermano, Carlos Pisonero, fue arrestado en Francia y permanece en prisión desde 1998. Del país galo fue extraditado en 2009 para ser juzgado por el asesinato del policía municipal.

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