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El Covid-19 y su amenaza en el sistema de alcantarillado

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Somos Chamberí

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Desde la irrupción del coronavirus a nivel mundial, científicos y organismos especializados de todos los países del mundo han trabajado por identificar el origen de la pandemia. Así como todos los escenarios en los que podía transmitirse por medio de diferentes vías.

Mediante estas investigaciones, se trabaja para poder proteger al máximo a la sociedad acerca de los principales fotos de contagio. Uno de los últimos avances en esta materia ha sido lo relacionado con las aguas residuales. Diversos investigadores de diferentes de países han analizado la posibilidad de que las aguas fecales se utilicen como sistema de alerta temprana. Una solución que permita identificar la evolución del virus a través de las diferentes regiones.

Pese a que se han encontrado elementos del genoma del coronavirus en ciudades como París, Ámsterdam y Brisbane, entre otras muchas, Luca Lucentini, director del Departamento de Calidad del Agua del Instituto de Salud, ha afirmado que este descubrimiento “no representa ningún riesgo para la salud”. Por lo que empresas especializadas en los trabajos con las obras de alcantarillado o en tareas de limpieza, como es el caso de Desentupidora Dezjato, pueden seguir llevando a cabo su trabajo en condiciones de seguridad. Siempre y cuando respeten las diferentes medidas llevadas a cabo en materia de sanidad por los organismos pertinentes.

Especialmente en el caso de aquellos países en los que el agua potable esté sujeta a diferentes exámenes y controles en lo relacionado con su calidad, el riesgo de transmisión del virus a través de las aguas fecales es ínfimo. No obstante, sí que es importante destacar que el principal riesgo se encuentra en el impacto que la transmisión del virus puede llegar a tener en el medio ambiente.

Pese a todo, conviene señalar que nos encontramos en las primeras fases de la investigación de la propagación de esta pandemia. Así como del alcance de la misma a nivel mundial. Por lo que resulta especialmente importante asumir estos datos con la máxima prudencia posible. Puesto que las opiniones que se están vertiendo en la actualidad no están determinadas todavía por los resultados que pueden ir apareciendo en los diferentes exámenes y análisis que se lleven a cabo a posteriori.

Una oportunidad para conocer el alcance del virus

Más allá de los problemas de salud que se pueden derivar de la presencia del coronavirus en las aguas fecales, es importante destacar las oportunidades que brinda esta situación en lo relacionado con su capacidad para poder informar a los científicos acerca de la presencia del virus en determinadas regiones.

Las aguas residuales pueden posicionarse como una importante fuente de datos en lo relacionado con el estudio de la propagación del virus en todo tipo de zonas. De este modo, si se termina confirmando la presencia del virus en las aguas residuales, éstas pueden convertirse en claves a la hora de poder conocer el avance que está experimentando en todo tipo de regiones.

Según Vincent Maréchal, virólogo de la Universidad de la Sorbona, según unas muestras que se recolectaron entre el 5 de mazo y el 7 de abril, se afirma que el aumento de la presencia del genoma en las aguas fecales “sigue con previsión el aumento en el número de muertos”. No obstante, es importante destacar que, pese a que este análisis ha sido validado por dicha universidad, han sido muchos los científicos que no han aceptado su validez.

Dada la situación, han sido muchos los especialistas que han afirmado que la creación de una red nacional de vigilancia de las aguas residuales puede convertirse en la oportunidad perfecta para poder anticiparse a una segunda ola de la epidemia. Siendo un recurso especialmente destacado para tener un mayor control en su propagación. Una situación que puede resultar especialmente útil en este contexto, como consecuencia de la gran cantidad de casos asintomáticos que caracterizan a esta enfermedad.

Una situación con antecedentes

No es la primera vez que la sociedad se enfrenta a una situación similar a la que nos encontramos. En el año 2003, el análisis de las aguas fecales permitió a la región de Israel relanzar la campaña de vacunación contra el virus de la poliomielitis. Como consecuencia de que los diferentes expertos que se encargan de llevar a cabo el análisis de las aguas fecales alertaron acerca de la presencia de la cepa en el sistema de alcantarillado del país, se permitió una acción preventiva que pudo atajar por completo la irrupción y posterior propagación del virus.

En una situación como ante la que nos encontramos, en la que el virus ha demostrado su alto nivel de contagio y de propagación, resulta especialmente importante llevar a cabo todo tipo de tareas relacionadas con la prevención. Al menos, hasta que la vacuna contra el COVID-19 sea desarrollada y se muestre su efectividad.

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