El kiosquero del barrio
Martes, 7 de abril de 2020. En los supermercados poco puedes intercambiar con su personal. Puede que conozcas a la cajera. Puede que no. Pero queda todavía un héroe del saludo. El kiosquero. Va a ser la única persona en centenares de metros a la redonda que te salude, que te pregunte cómo vas. Y a quien devolver el saludo y dar las gracias por ejercer de ciudadano amistoso. Tras de su garita aclimatada nada tiene que ver con los primeros vendedores de prensa de Madrid, aquellos casi niños que anunciaban a gritos El Imparcial o el ABC. O los más tardíos del franquismo a los que se les prohibió vocear la prensa y se instalaron en esquinas o cruces con sus cajas de madera como mostradores. Hoy el vendedor de prensa es un oficio en extinción pero en estos días para mí es el símbolo mejor de la ciudad que fuimos y de la ciudad que vendrá.
Gracias Mariano. Gracias a todos los Marianos que han alegrado las mañanas de nuestra vida.
Ayer este periódico que acoge mi diario publicaba una estadística en la que se asegura que nuestro distrito de Chamberí es uno de los menos afectados por la pandemia del Covid. Todavía no he visto una interpretación de los datos ¿Acaso somos por tradición muy distantes socialmente? ¿Serán las amplias y arboladas aceras de nuestras calles las que nos permitan esa distancia? En el futuro lo sabremos.
Mientras tanto observemos tantos debates como los que nacen cada día en nuestro entorno: libertades y control poblacional. Salud y economía. Escala de las ineptitudes de los gobiernos del mundo.
Yo me quedo con el debate sobre el futuro de las ciudades. Sobre la movilidad. Sobre las redes de cuidados. El debate de la cultura. Y cómo hacer de nuestras calles un espacio de libertad y convivencia.
Y con un único deseo. Que nuestros enfermos vuelvan a pisar las calles nuevamente.
Hasta mañana.
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