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Obras para construir dos enormes locales comerciales en los antiguos cines Roxy

Sección longitudinal de la futura superficie comercial en los Cines Roxy | SOMOS CHAMBERÍ

Diego Casado

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El número 123 de la calle Fuencarral se convertirá pronto en una gran superficie comercial. Las obras para levantarla comenzaron hace unos días y con ellas se dirá adiós definitivamente a unos de los pocos cines que quedaban en el entorno de la glorieta de Bilbao. Tanto el Roxy A como el Roxy B serán transformados en sendos locales comerciales que, juntos, sumarán una superficie de 3.965 metros cuadrados distribuidos en cuatro alturas.

El proyecto, al que ha tenido acceso Somos Chamberí, planea redistribuir las superficies que tenían los cines para ganar más espacio en la planta sótano (hasta 839 m²) a cambio de disminuirlo en la entreplanta (que desaparece) y la primera planta. También contempla eliminación de forjados y creación de zonas diáfanas en su interior, además de reducir el volumen en los techos situados en el patio interior de la manzana, actualmente con forma de tejado y que pasarán a albergar una superficie plana ajardinada y varios lucernarios.

Las obras, que está llevando a cabo la constructora Ortiz por encargo de Gorbea Arrendamientos -la empresa propietaria del inmueble- pondrán en el mercado dos locales comerciales con capacidad para albergar grandes marcas, gracias a una superficie que casi duplica en tamaño la de establecimientos cercanos como la tienda Decahtlon levantada sobre el antiguo Mercado de Fuencarral (de unos 2.400 m²). Todo ello en una calle de anchas aceras que el actual equipo de gobierno ya ha anunciado que peatonalizará en su totalidad si renueva su mandato.

La obra de acondicionamiento se completa con un detalle verde: sobre la cubierta del patio interior de manzana se creará un jardín sin acceso público en el que se plantarán especies que requieran un riego reducido, como “lavanda, romero y tomillo”, además de árboles de porte medio como “olivos, encinas o, arces campestres”, reza el proyecto. Será una intervención similar a la que la empresa Mercadona ejecutó hace casi dos años en el cercano supermercado de Bravo Murillo.

El proyecto que permite este cambio de uso en los cines Roxy fue aprobado por el Ayuntamiento en el año 2015 -con los votos de Ahora Madrid y del PP- a través de un plan especial para la conversión de los cines en locales de uso terciario. Entonces el PSOE denunció que se construiría allí un supermercado, aunque este extremo no ha sido confirmado en ningún momento por la empresa Gorbea Arrendamientos, la compañía propietaria del edificio que controla la familia Hernández-Beitia. Estos antiguos empresarios de cines en Madrid transformaron su modelo de negocio a la gestión de activos inmobiliarios y alquiler de oficinas, aunque todavía gestionan otras salas de la capital, como los Floridablanca, los Retiro o los Princesa.

En Fuencarral, mantuvieron abiertos los Roxy hasta el año 2013. La sala A databa del año 1953 y finalizó sus proyecciones un año antes. La B abrió en el año 1996. Ambas formaban parte de una de las concentraciones cinematográficas más importantes de Madrid, las de la zona Fuencarral-Bilbao-Luchana. Hoy allí solo quedan abiertos los Cines Paz (que cumplieron 75 años hace unos meses) y los Proyecciones, aunque unas antiguas salas, las de los Palafox, se encuentran en plena reforma para reabrir, gestionadas por la empresa Yelmo.

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