Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El Ayuntamiento anula las obras de la piscina en Cuatro Caminos para poder privatizar su explotación

Solar sobre el que se iba a construir el Centro Deportivo Municipal de Cuatro Caminos | SOMOS CHAMBERÍ

Diego Casado

0

El futuro polideportivo de Cuatro Caminos no empezará a construirse este año sobre el enorme solar disponible junto a Bravo Murillo, como estaba previsto. El nuevo Ayuntamiento de Madrid ha decidido anular el concurso puesto en marcha por el equipo de Carmena en mayo y buscar otras fórmulas para cambiar y levantar el proyecto, que pasen por “trasladar el coste de la obra a un tercero a cambio de su explotación” y ahorrarse los 10,6 millones de euros previstos, a cambio de privatizar la instalación durante décadas.

“Se considera que el objeto de esta concesión de obra pública puede ser susceptible de explotación económica para contrarrestar el coste y mantenimiento de la obra”, consta en los documentos por los que se justifica la anulación del concurso público, a los que ha tenido acceso el periódico Somos Chamberí. El texto que argumenta razones “de interés público” para anular el concurso al que habían optado 33 empresas también adelanta cambios en el proyecto para incluir áreas de hostelería, aparcamientos o locales comerciales: el polideportivo podrá incluir “zonas o terrenos para la ejecución de actividades complementarias o comerciales que sean necesarias o convenientes por la utilidad que prestan a los usuarios de las obras y que sean susceptibles de un aprovechamiento económico diferenciado”.

El Centro Deportivo Municipal de Cuatro Caminos se iba a levantar sobre una parcela de 1.412 metros cuadrados en el interior del desarrollo urbanístico situado junto a Bravo Murillo, entre las calles Almansa, Garellano y Doctor Santero. Iba a contar con seis plantas que incluían una piscina climatizada, una pista polideportiva, numerosas salas de máquinas o usos múltiples y solárium en cubierta. Además, estaba previsto el establecimiento a su izquierda de una zona abierta, “destinada al uso y disfrute de la ciudadanía y que dota al Centro Sociocultural José de Espronceda (calle Almansa, 9) de una salida a dicha plaza”, comunicó en su momento el Ayuntamiento de Carmena.

Ahora, el proyecto será rehecho. Los criterios fijados por Almeida y Villacís son otros, y vienen claramente definidos en los documentos consultados por este periódico: “La Nueva Corporación Municipal (...) ha establecido como un criterio de actuación la posibilidad de estudiar que determinadas obras públicas en vez de ejecutarse a través de un contrato de obras, se utilice la figura contractual de la concesión de obra pública, en la que el concesionario se obliga a ejecutar la obra, a cambio de percibir cantidades de dinero de los usuarios por tiempo limitado, como un medio de cubrir el costo de las obras”.

Anulación en mitad del verano

La decisión depende del área de Obras, dirigida por Paloma García Romero (PP), y es una de las primeras que firma la nueva directora general de Arquitectura y Conservación del Patrimonio del Ayuntamiento de la capital, Paloma Sobrini. La anulación fue aprobada en junta de Gobierno, firmada el 30 de julio y publicada el pasado 5 de agosto, sin que el consistorio la comunicara a través de sus canales de prensa oficiales.

Con este giro del Ayuntamiento se vuelve a los criterios que rigieron durante las alcaldías de Ruiz-Gallardón y Ana Botella, cuando se adjudicaban obras y explotación de polideportivos a empresas privadas, sin coste para el Ayuntamiento, a cambio de ceder entre 25 y 40 años la explotación de las instalaciones a una empresa privada. Así se construyeron los centros deportivos de Vallehermoso, Alcántara o Barceló, algunos de ellos con terrazas de restauración en sus azoteas o aparcamientos en el subsuelo.

Manuela Carmena revirtió esta forma de construir instalaciones, después de ascender a la alcaldía con la promesa de “parar la privatización de los servicios públicos, la externalización de servicios municipales a grandes empresas y la venta de patrimonio público”, según rezaba el programa electoral de Ahora Madrid. Su delegado de Urbanismo volvió al modelo de construcción pública, con el que se está levantando, por ejemplo, el polideportivo con piscina cubierta del Parque Móvil, cercano al de Cuatro Caminos y cuyas obras fueron adjudicadas in extremis por la anterior corporación.

Xan das Bolas

Privatización, corrupción que degrada los servicios que deberían ser públicos en igualdad de condiciones para todos los ciudadanos, provoca encarecimiento de costes y deficiencias de funcionamiento en detrimento de la calidad de vida de la mayoría de la población para beneficiar económicamente a unos pocos situados en el entorno de los centros negligentes de decisión política; que obran con opacidad y ánimo de lucro particular y privado a costa de los recursos públicos, de los que se apropian mediante la obtención de un número suficiente de votos en los comicios.

Esto es característico del neoliberalismo español y, por lo que se ve, lo que más agrada a la mayoría de los votantes madrileños que deben de llevar ya un cuarto de siglo premiando en las urnas estas prácticas.

Que les vaya bien por la meseta con sus representantes electos. Para mí, no los quiero.

Carlos Gomez

Esta demostrado que lo privado funciona mejor que lo público, aunque nos joda.

Cuando un vago se instaura en un puesto de trabajo, y no cumple con lo que se espera de él, se le echa a la puta calle.



En lo público, el vago se enquista y no hay manera de eliminarlo ni echarlo, escudado en sus derechos, en detrimento del trabajador "normal".

Todavía no he visto a nadie meterse con esta diferencia discriminante e injusta entre un trabajador público y uno privado, que da al primero derechos que jamás tendrá el segundo.

Quistes en la administración hay toneladas.

Si toda la administración tuviera gestión privada, otro gallo nos cantaría. Con la mitad de gente, se haría el doble de trabajo.



Otra cuestión aparte, y no menos importante, es que las empresas adjudicatarias de esos servicios, se hagan ricas con nuestros impuestos.

Ante eso no tengo reparo en que se audite hasta el último céntimo.
Etiquetas
stats