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Yo viví la primera guerra mundial del coronavirus

Cola para acceder al Carrefour de Quevedo, durante el segundo sábado de alarma por coronavirus | ÁNGEL ALDA

Ángel Alda

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Sábado, 21 de marzo 2020. Día de la Poesía. Ayer se cumplió la primera semana del encierro en libertad vigilada por el termómetro y por el miedo. Se puede hacer. Somos la prueba viviente de ello. Y sin hacer trampas como piensa el president Torra.

Terminaremos orgullosos este trance y alguno de nosotros, joven hoy, contará a sus hijos y nietos con orgullo eso de “yo viví la primera guerra mundial del coronavirus. Recuerdo con precisión las aventuras con mi perro Lucas para comprar el pan por unas calles del barrio completamente desiertas”. Su hijo le pedirá que le cuente otra vez esa historia tan bonita del abuelo cantando por el balcón el Bella Ciao y como los vecinos le aplaudían.

Cómo lectores del Somos Chamberí, conocen ustedes bien esta plaza. Es imposible ver la actividad tras los balcones de los vecinos. Estamos a una distancia sideral en términos urbanos unos de otros. Sólo nos encontramos a las ocho de la tarde y adivinamos nuestras siluetas enmarcadas en la luz de las habitaciones abiertas para aplaudir, gritar o liberar nuestros nervios. Alguno saca un altavoz pero es imposible que la música o la voz emitida sea entendida. Ahora muchos sacan linternas para emular un juego escénico de sombras chinescas pero tampoco luce mucho. Creo que los patios de vecindad son mucho más humanos para comunicarse. Ideas que los arquitectos del futuro tendrán que estudiar. Hacer ciudades compatibles con largas cuarentenas.

Hoy mí cuñado, mi amigo Rodrigo, puede que no tenga ganas para leerme, como hacía días atrás, desde su encierro en el hospital de Villalba. Haz caso a tus médicos y quéjate de la comida todo lo que quieras. Pero sal de este lío como has sabido hacer siempre con los líos que te has ido encontrando en esta vida. Tienes muchos kilómetros que hacer y muchas horas de baño pendientes en la playa del puerto de Jávea. Poca gente tan fuerte y con tu temple he conocido en esta vida. Poca gente cae y se levanta como tú.

Hoy es el día de la Poesía. Feliz día.

Mañana es domingo. Me tomo un pequeño descanso. Que ustedes lo pasen bien.

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