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Y el atletismo de élite volvió a Vallehermoso: crónica del Meeting de Madrid

El estadio se llenó para ver el Meeting de Madrid | Foto de la RFEA

Luis de la Cruz

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Durante algún tiempo, como si la desidia se vistiera de recochineo, un viejo cartel seguía señalizando el estadio de Vallehermoso después de haber sido derribado. El domingo 26 de agosto el deporte de élite volvió al barrio de Chamberí con el Meeting de Madrid, última prueba del calendario nacional previa al Campeonato de España, que llegó precedido por el significativo eslógan El atletismo vuelve a casa, y cuyos precios oscilaron entre los asequibles 5 y 9 euros.

El viejo estadio de Vallehermoso cerró sus puertas para ser derribado en 2007 (tiempos de Gallardón), víctima del sueño olímpico madrileño. La idea era construir otro más moderno en su lugar, pero las calabazas del Comité Olímpico Internacional de cara a la cita de 2012 y la falta de financiación condenaron Vallehermoso a ser un solar vergonzante para la ciudad de Madrid, uno enorme y baldío en este caso, a excepción de la parte donde se levantó el actual Centro Deportivo Municipal, que se adjudicó la empresa Go Fit por 40 años a cambio de gastar 16 millones de euros en su construcción.

Con la llegada al Ayuntamiento de Ahora Madrid el proyecto de un nuevo estadio volvió a anidar en el agujero de Vallehermoso, y sin la exigencia olímpica en el horizonte, se presupuestó en 14,5 millones de euros, muy lejos del proyecto de Ruiz Gallardón (110 millones). Ahora, con nuevos inquilinos en al Ayuntamiento sacando pecho, se ha podido estrenar al fin el estadio con el Meeting del domingo, aunque un día antes, Javier Odriozola, anterior Director de Deportes del Ayuntamiento de Madrid, participó en una previa de 1000 metros lisos junto a algunas leyendas del deporte como Fermín Cacho, Miriam Alonso o Alberto Juzdado.

Titubeos organizativos y ganas de atletismo en Chamberí

Y llegó el día: las calles verdes de Vallehermoso –se quiere que el color lima sea la marca de la casa– acogieron ayer la edición número 37 del Meeting de Madrid. La jornada comenzó con algunos problemas organizativos en el acceso al estadio: las colas fueron largas y el campeonato comenzó con las gradas medio despobladas porque aún quedaba mucha gente por entrar. Sin embargo, la expectación de los asistentes era grande y pronto dejarían atrás los problemas para ceder toda su atención a los atletas. Llegaron las olas en la grada, las celebraciones de las marcas mínimas para el mundial de Doha, que se celebrará este mismo año, o las buenas actuaciones locales, como la de Paula Sevilla, cuyos 11,40 en los 100 metros femeninos son la mejor marca del año, o la de María Vicente, tercera clasificada en salto de longitud. Sus marcas fueron celebradas por los más entendidos como las victorias españolas de Ortega y Carro.

Quizá las carreras más esperadas eran las de 100 metros lisos masculinos y los 400, por el duelo entre Bruno Hortelano y Óscar Husillos. La carrera de corta distancia por excelencia contaba con la presencia de la vieja gloria plusmarquita Asafa Powell, que se enfrentó al favorito estadounidense Mike Rodgers y al francés Jimmy Vicaut (plusmarquita europeo), a los que acompañaban los españoles Ángel David Rodríguez, Javier Martín y Pol Retamal. Rodgers regaló a los madrileños una magnífica carrera en la final, bajando de los diez segundos.

Hortelano es plusmarquista español en las categorías de 100, 200 y 400 metros pero este año aún no había podido correr debido a una tendinitis. El año pasado protagonizó un duelo espectacular con Óscar Husillos (que en este momento es el mejor clasificado en el ranking nacional) en Moratalaz, que se saldó con las dos mejores marcas españolas nunca registradas. En Vallehermoso Husillos corrió más, pero quedó sexto, frente al octavo puesto de Hortelano. Ambos lejos de lo esperado y del ganador, Mohamed Nasser Abbas.

Una de las grandes atracciones de la noche fue el subcampeón olímpico español de origen cubano Orlando Ortega, que vino corriendo a Madrid para la prueba de 110 m. valla, tras participar en otra carrera– y ganar – en París, solo 24 horas antes. No defraudó: fue el más veloz y hasta se hizo fotos con algunos asistentes que se lo reclamaron.

En el debe, la hora de finalización, teniendo en cuenta que era domingo: a las once menos cuarto aún quedaba por delante la final de 3000 masculino (que acabaría con la victoria del español Fernando Carro) y las gradas ya se veían ralas. Para apuntar de cara a la próxima.

En el pasado pisaron la pista de Vallehermoso los Edwin Moses – que hincó la rodilla en 400 vallas, parerecía imposible – , Carl Lewis, Sebastian Coe, Said Aouita, Javier Sotomayor, Irina Privalova... Fue también, y sobre todo, espacio privilegiado para el consumo interno del deporte español y hasta sitio para hacer sentirse importantes a chavales en olimpiadas escolares. La reinaguración de ayer hace soñar con que parte de este pasado glorioso se proyecte hacia el futuro, ¿quizá al Campeonato Europeo en 2023?

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