Usar la naturaleza para enfriar los colegios en Canarias: expertos piden ir más allá del aire acondicionado

La investigadora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y miembro del proyecto Cool Schools, Filka Sekulova, ha defendido que los refugios climáticos escolares “van más allá del aire acondicionado y deben utilizar soluciones basadas en la naturaleza”.

Lo ha hecho en su intervención en el XXV Foro de la Energía Sostenible, una jornada sobre la resiliencia climática urbana ante el aumento de las temperaturas, organizada por Ecoserveis y la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD), en colaboración con la Comisión Europea.

En España, la temperatura media anual ha aumentado 1,3 °C en las últimas siete décadas, y los expertos prevén que la cifra ascienda a los 4°C a finales del siglo XXI.

En este contexto, el 43% de las escuelas europeas se encuentran en zonas que son al menos dos grados más calientes que la media regional, lo que aumenta los riesgos causados por las altas temperaturas vinculadas al cambio climático.

Sekulova ha advertido de que los niños tienen una capacidad de adaptación al cambio climático mucho más baja que los adultos; en términos de desarrollo cognitivo, falta de capacidad de concentración, bienestar e incluso desmayos en las aulas.

Para hacer frente a esta situación, Cool Schools trabaja para entender los beneficios de la renaturalización de los entornos escolares para la adaptación climática.

El objetivo de este proyecto europeo, que se desarrolla en Barcelona, París, Bruselas y Róterdam, es impulsar una transformación a escala urbana a través de un enfoque que ponga en el centro las necesidades de los niños.

Entre 2019 y 2023 han transformado hasta 58 patios y han plantado 464 árboles en Barcelona, a través de la iniciativa Transformem els Patis.

Sin embargo, este es uno de los principales retos a los que se enfrenta ahora el proyecto, según la investigadora: “La financiación se ha cortado y ahora irá todo a aire acondicionado”.

“Nuestra definición de refugios climáticos va más allá; pensamos en espacios con una pequeña huella de carbono y que utilicen soluciones basadas en la naturaleza”, ha destacado.

Sobre la inversión en aire acondicionado en los centros educativos, explica que, “aunque se puede definir como adaptación climática, en términos de calidad de vida y salud no es suficiente”.

En este sentido, el investigador de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), Miguel Nuñez, que también ha participado en la jornada, ha destacado el peligro adicional que comportan los equipos de climatización en fachadas, que fomentan el incremento del efecto de isla de calor.

Este fenómeno se produce en zonas urbanas que experimentan temperaturas superiores a las de las zonas de su alrededor, a causa de la acumulación de estructuras, como edificios, aceras o asfaltos que absorben grandes cantidades de calor y lo liberan muy lentamente.

Además, el experto ha abogado por restar espacio a las zonas de tráfico rodado, no solo por sus emisiones, sino también por la acumulación de calor en las superficies. 

Protocolo del Gobierno canario

La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias presentó hace unos días un protocolo para hacer frente a episodios de altas temperaturas en las aulas isleñas.

El protocolo establece cuatro niveles de riesgo: desde el cero o el de normalidad hasta el tres, que es el único que contempla que se cierren las aulas y se aplique la enseñanza no presencial. Entre medias, el nivel uno recoge medidas ordinarias como las difusión de información, recomendaciones o considerar justificadas las faltas del alumnado vulnerable ante episodios de altas temperaturas. También contempla la modificación de los espacios para impartir clases o aplazar las actividades extraescolares.