¿Qué garantías tiene que ofrecer un criadero de perros?
Pomerania, Westy, Chihuahua, Teckel, Caniche, Maltipoo… Cuando se busca un nuevo compañero canino, encontrar un criadero que ofrezca las garantías necesarias es de vital importancia para asegurar la salud y el bienestar del futuro miembro de la familia. Como sucede con cualquier entorno que involucre animales, hay una serie de aspectos que debemos de tener en cuenta para apostar por un proceso de crianza responsable. Ahora bien, ¿cuáles son los términos y garantías que debe cumplir, por ejemplo, un criadero de perros en Madrid? Eso es lo que trataremos de responder a lo largo de este artículo.
Cuatro garantías inviolables que todo criadero de perros debe cumplir
Un criadero de perros que ofrece garantías debe cumplir con una serie de estándares que van más allá de las obligaciones legales. Uno de los primeros aspectos a considerar tiene que ver con el cumplimiento de la normativa para ser reconocido como núcleo zoológico. La concesión de dicha licencia asegura que las instalaciones estén adecuadas para albergar y cuidar a los perros en condiciones óptimas, además de contar con espacios higiénico-sanitarios adecuados para prevenir enfermedades y garantizar la limpieza y el bienestar de los animales. Pero eso no es todo.
La inscripción veterinaria es otro requisito indispensable. La presencia un veterinario que esté involucrado en el cuidado de los perros y realice controles de salud regulares es igual de importante que el cumplimiento del resto obligaciones. Asimismo, el criadero debe cumplir con el reglamento de la Federación Cinológica Internacional, que establece estándares para la cría de perros de diferentes razas, garantizando así la calidad y la salud de los cachorros.
En cuanto a la genética, un criadero responsable debe llevar a cabo pruebas genéticas habituales a la raza que crían. Esto permite identificar posibles problemas genéticos para prevenir enfermedades hereditarias. En ciertas razas sensibles a enfermedades articulares, como la displasia de cadera, también se realizan radiografías para descartar estos problemas en los progenitores.
Dejando a un lado los aspectos técnicos y legales, un criadero de perros responsable debe mantener siempre un ambiente cariñoso y atento en torno a los ejemplares. De esta forma, se asegura que los perros reciban cuidados básicos, así como una alimentación adecuada, ejercicio y, por supuesto, atención emocional y socialización. Al fin y al cabo, los perros criados en un entorno amoroso tienden a ser más equilibrados y sociables, lo que les convierte en mejores compañeros para sus futuros dueños.
Por último, aunque no por ello menos importante, la seguridad durante el transporte es otro aspecto a considerar a la hora de elegir un criadero de perros. Este tipo de establecimientos deben garantizar que los cachorros sean transportados de manera segura y cómoda, evitando situaciones de estrés que puedan afectar su salud y bienestar. Para ello, se debe especificar la política de transporte, por ejemplo, si incluye el uso de transportines adecuados o la planificación de rutas que minimicen el tiempo de viaje y, por ende, los riesgos para los animales. En definitiva, que se preocupen de la salud del animal.
